Macrotendencias en alimentación y bebidas para el año 2023

por Beatriz Gutiérrez

Las tendencias 2023 de alimentación y bebidas están fuertemente marcadas por el actual entorno de  incertidumbre en el que nos hallamos inmersos. Seguirá siendo esencial para las  marcas generar confianza en los consumidores y reforzar sus vínculos con los  consumidores a través de la información real y oportuna, adaptando su oferta y  sus estrategias a estas nuevas circunstancias. 


Nos encontramos en un momento de la historia tremendamente complejo: a la pandemia mundial que transformó el comportamiento de los consumidores, hay que añadir ahora un convulso contexto  global determinado por la guerra en Ucrania, que está provocando tensiones en la cadena de suministro e impulsando el aumento de los precios de alimentos y bebidas. Además, la continua propagación de fake news hace que sea cada vez más difícil para los consumidores tomar decisiones informadas.

En tiempos de incertidumbre, se genera un sentimiento de inseguridad financiera que hace que los consumidores exijan control y confianza. Han visto reducido su poder adquisitivo debido a las últimas subidas de precios e intentan controlarlo mediante la reducción del  gasto en la cesta de la compra; y necesitan claridad, transparencia y flexibilidad para tomar decisiones que se ajusten a estas circunstancias tan cambiantes. Por ello, será determinante facilitar que los consumidores tengan mayor control sobre el presupuesto destinado a alimentación y bebidas, aportando claridad, transparencia y flexibilidad a la hora de la toma de decisiones de compra.

 

Fuente. Innova Market Insights


Innova Market Insights agencia especialista en inteligencia de mercados global, ha presentado las 10 tendencias clave para 2023 en su informe anual “Top Ten Trends 2023”Como ya avanzamos en octubre (Tendencias 2023: ¿Qué buscan los consumidores?) se prioriza una nutrición asequible basada en la salud, los platos preparados de calidad y los momentos de capricho o placer. También se mantienen otras tendencias anteriores como la preocupación por el planeta, los alimentos plant-based y la realidad tecnológica, desde un enfoque más transparente y centrados en ofrecer experiencias gastronómicas que atraigan a las nuevas generaciones.


  • Redefiniendo  el valor

Es la piedra angular de este año. El precio de los alimentos se ha visto arrastrado por los problemas en la cadena de suministro y el contexto inflacionista, por lo que es esencial para los consumidores priorizar sus gastos. Buscan reducir los costes de manera consciente: minimizando el desperdicio alimentario, reutilizando y/o reciclando productos, adquiriendo envases respetuosos con el medioambiente, etc. Las marcas que quieran alinearse con esta realidad han de ofrecer, necesariamente, nuevas propuestas de valor, ofreciendo a los consumidores aquello por lo que están dispuestos a pagar más y les aporta un beneficio añadido:  1) productos frescos, 2) productos locales y 3) ingredientes funcionales que contribuyan a la mejora de la salud física.

  • Nutrición  asequible

Desde su irrupción como elemento determinante en las decisiones de compra de los consumidores tras la pandemia, la salud es uno de los principales factores que influyen en el hecho de que un consumidor adquiera o no un producto. Según las encuestas realizadas por Innova Market Insights para conocer las perspectivas de compra de los consumidores a nivel global, estos abogan por adquirir nuevos productos saludables (41%) y asequibles (30%), además de naturales (28%), un nuevo reto mundial al que la industria alimentaria tiene que hacer frente. Para priorizar esta nutrición  saludable al alcance de todos es clave buscar estrategias que permitan maximizar la eficiencia de las materias primas e ingredientes.

  • Empuje  generacional

El nuevo papel del consumidor como impulsor de tendencias sigue dando información y definiendo los productos que encontraremos en el mercado y, cada vez más, son los consumidores jóvenes quienes influyen en las marcas y moldean las tendencias. Esta brecha generacional es evidente además en las prioridades de los consumidores: mientras que las generaciones más mayores siguen buscando naturalidad y precios asequibles, la Generación Z (18-34 años) se decanta fundamentalmente por productos con sabores  novedosos.

  • La nueva narrativa del Plant-based

Se ha visto una desaceleración  a nivel mundial de esta tendencia, generada principalmente por tres barreras: su sabor y textura, el precio, en ocasiones más elevado que las alternativas tradicionales, y la percepción de estos productos como menos saludables, con demasiados ingredientes artificiales, aditivos y conservantes. La oportunidad para que siga manteniéndose como tendencia clave se centra en el desarrollo de productos únicos y auténticos -no análogos a cárnicos o lácteos- mediante la incorporación de tecnología para su mejora.

  • Cultivando  el futuro

Otra de las tendencias que se mantiene año tras año es la preocupación de los consumidores por el planeta y el futuro, que se traduce en esta ocasión en un incremento de su interés por conocer el origen de los alimentos. El uso de tecnologías innovadoras en el sector primario (agricultura regenerativa o vertical, fitotecnia o mejora de semillas…), permite un uso más eficiente de los recursos naturales para producir productos más sostenibles y de mayor calidad y es una gran oportunidad para las empresas, para que muestren su compromiso y consigan conectar con los consumidores.

  • Calidad  al instante

Tras el Covid-19 los consumidores buscan algo más que comodidad, buscan productos de conveniencia, fáciles y rápidos de cocinar pero que, además, aporten un valor nutricional y una calidad  gourmet. Un tercio de los consumidores habituales de platos preparados asegura que busca este tipo de productos porque se les hace partícipes del proceso de elaboración con un resultado final “como hecho en casa”.

  • “Sabor  a pixel”

En un mundo en el que cada vez es más borrosa la línea entre la realidad y la tecnología, las empresas buscan mejorar la vida real del consumidor a través de experiencias virtuales, como la inclusión de códigos QR que permitan al consumidor chatear con la marca, realizar votaciones de sabores, e incluso controlar sus objetivos de hidratación gracias al desarrollo de botellas inteligentes. Estas estrategias  dirigidas al entretenimiento permiten conectar con el consumidor más joven, al que le resultan más atractivas estas innovaciones, sobre todo en cuanto a sabores  abstractos surgidos en el metaverso.

  • Siempre hay ocasión para la indulgencia

Esta tendencia se contrapone al resto de tendencias enfocadas en alimentación funcional y de control del presupuesto de la cesta de la compra, ya que se refiere a un momento de  derroche (económico o dietético), en el que los consumidores buscan darse un capricho tras un momento de restricción. El grupo objetivo de esta tendencia son las compras impulsivas que se dan incluso en aquellos consumidores cuya situación financiera ha empeorado. Se enfoca principalmente en productos o bebidas innovadores en sabores y productos de edición limitada, que dan la sensación de experiencias exclusivas o de lujo.

  • Descifrando  la salud 

El deseo de mantener una alimentación saludable se ha mantenido en la mente del consumidor durante los últimos años, pero este concepto ha ido evolucionando con la aparición del consumidor  superinformado. La mayoría de los consumidores se informan de lo que consume a través del listado de ingredientes, del etiquetado nutricional, y de los reclamos en el envase, aunque hay diferencias por regiones. Sin embargo, si esta comunicación no es clara, su confianza en la marca puede reducirse. Por eso, es necesaria la estandarización mundial de los criterios de salud y la realización de campañas de marketing llevadas a cabo por las empresas que pueden ayudar al consumidor en esta tarea.

  • Positivamente  imperfecto

Los consumidores confían más en marcas  transparentes que se esfuerzan en mejorar la sostenibilidad de sus productos, que comunican sus procesos de innovación y que informan abiertamente de los retos que afrontan. Es importante para las organizaciones poner en la balanza el objetivo final de los cambios: aunque el resultado final no sea  100% perfecto y no siempre sea mejor que la versión anterior, si supone una mejora significativa en sostenibilidad y si se comunica adecuadamente al consumidor, este lo valorará de forma positiva.


Beatriz Gutiérrez, Técnico de innovación en VITARTIS

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